lunes, 28 de diciembre de 2009

Confesión de un Cigarrillo

Soy pequeño, de figura fina y estilizada. Sé que luzco bien parecido,
envuelto en una bonita prenda de papel blanco. Ocupo un lugar
destacado en estantes y vidrieras, en elegantes cigarreras doradas.
De día estoy en escritorios; de noche, en mesitas de luz. Periódicos
y revistas me dedican varias páginas. La televisión me otorga
minutos importantes de publicidad. Mi a roma invade el ambiente de
salones y trenes, conocido es que, desde tiempo lejanos, he formado un IMPERIO
con hombres de todas las razas y credos, ricos y pobres, jóvenes y
ancianos de ambos sexos. Yo establezco las leyes de este imperio.
Mis súbditos o ESCLAVOS, como “cariñosamente" los llamo,
deberán sacrificarse por mí cuando se los pida, no importa cuanto
les cueste. Como REY y AMO que soy, yo les brindo placer,
momentos de evasión y calma a sus ansiedades. A cambio deberán
entregarme su corazón debilitado, sus pulmones congestionados,
sus manos y dientes manchados; no pocos deberán estar dispuestos
a soportar “insignificantes dolores de cáncer". Pero ¿qué
importancia puede tener un poco de sufrimiento al lado de la
compañía que les ofrezco?
En los últimos años, algunos rebeldes han volcado su ira sobre mí,
me han declarado la guerra. No sé que extravagantes filosofo les
inculco la idea de que YO SOY UN SIMPLE OBJETO y de que
ELLOS, EN CAMBIO SON SERES HUMANOS LIBRES,
CAPACES DE ELEGIR, DE NO CREAR DEPENDENCIA CON
NADA.Los sediciosos han ido aumentando, pero todavía tengo
SUBDITOS DÓCILES, FIELES, INGENUOS, que seguirán
entregando sus vidas por mí, y sometiéndose a mi entera voluntad.
Espero que Usted, que lee esta confesión, no me abandone nunca, y
recuerde: YO LE DOY PLACER, MUCHO PLACER; USTED
ME ENTREGA SOLO SU SALUD, SU VIDA.


.~La vida me la regalaron la muerte en cuotas voy pagando~

No hay comentarios:

Publicar un comentario