miércoles, 26 de agosto de 2009

Septiembre de 2008, Buenos Aires, Argentina.


Querido amigo: Recibí noticias tuyas y me alegra mucho saber que todo está bien. Aquí la cosa sigue igual, no es tan transparente. La crisis se pasea por las calles y mi tristeza es como un barco que no llega a destino. ¡No sé que pasó! ¡No sé cómo fue! Pero NO VUELVAS, te diré por qué... Si vieras que triste estoy, tengo la mirada de los caminantes que ya no caminan. Me muero de pena por tanta mentira, por tantas promesas tuyas no cumplidas. Si vieras, yo que tanto reía, ya no soy la misma, si vieras que triste que estoy, tengo la nostalgia de aquellos amantes que nunca se olvidan. La gente se escapa pero ya no hay salida y hasta los gorriones, de tanta tristeza, se fueron de gira.
Septiembre de 2009, Buenos Aires, Argentina.

Querido amigo: Se me acaba de volcar el cafe sobre la carta que te iba mandar, por eso te vuelvo a escribir. Me alegra mucho saber que te va bien, aquí la cosa sigue igual. Pero, de una manera u otra, voy a salir adelante. Hay algo que no se debe perder nunca y es la esperanza. Si vieras que bien estoy, tengo la mirada del primer amor que nunca se olvida. Desde los balcones llueven las glicinas y a pesar de todo, camino y camino. Mi alma sigue llena de gorriones, hay nuevos poetas que escriben sus tangos y hay nuevos cantores. Y sigo teniendo la vieja locura que al doblar la esquina haya una aventura. Ya ves: sigo viva y, a pesar de todo, llena de ternura. Si acaso te encuentras solo vuelve, que pronto seremos mejores que antes, que todo fue culpa de cuatro atorrantes que sólo lograron que este amor no cante. Volvé cuando quieras, que juntos podremos salir adelante.

Atte: Aldana Aguirre.

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